Las infección del tracto urinario (ITU) está definida como la presencia de un número significativo de bacterias en la vía urinaria que ocasiona una respuesta inflamatoria. Esta inflamación es la responsable de los síntomas. Junto con las infecciones respiratorias, la infección urinaria es una de las infecciones más comunes en los humanos.
La infección puede afectar a la vejiga (produciendo cistitis) o al riñón (pielonefritis). En el hombre puede haber afectación de la próstata.
Son más frecuentes en mujeres por las diferencias anatómicas con respecto al hombre. Un 10% de las mujeres experimentará al menos 1 episodio de infección urinaria al año y, hasta el 60% tendrán un episodio a lo largo de su vida.
Puede ser producida por múltiples bacterias pero la más común es la Escherichia coli, otras bacterias pueden ser: Enterococcus, Klebsiella, Proteus, etc. LA E. Coli proviene del intestino y contamina la vía urinaria.
Los síntomas de la cistitis son poliaquiuria (aumento de la frecuencia miccional), tenesmo vesical (sensación de vaciado incompleto), disuria (dolor con la micción), en ocasiones puede aparecer hematuria (sangre en la orina). En el caso de la pielonefritis: malestar general, fiebre y dolor lumbar. En algunos casos la presencia de cistitis puede provocar pielonefritis por el ascenso de bacterias al riñón a través de la vía urinaria. La pielonefritis puede llegar a producir infección grave (sepsis).
Para el diagnóstico de las infecciones urinarias es muy importante la historia clínica, la entrevista con el paciente y el examen físico. La realización una sencilla prueba como es la tira de orina brindará más información. El análisis del sedimento urinario es confirmatorio y puede ser necesario la realización de cultivos de orina para identificar la batería y su sensibilidad a los antibióticos. La realización de una prueba no invasiva como el la ecografía permite detectar alteraciones en el tracto urinario y descartar causas que puedan provocar la infección como es el inadecuado vaciado de la vejiga. En otras ocasiones puede ser necesario realizar mas pruebas de acuerdo a los hallazgos iniciales.
El objetivo del tratamiento es el control de la infección, disminuir la inflamación y evitar las complicaciones. Los factores predisponentes para infección urinaria deben ser considerados para evitar recaídas o reinfecciones. El tratamiento adecuado intenta evitar las infecciones de repetición.